Mi cielo


Sigo observando mi trocito de cielo desde todos los ángulos imaginables. Sereno, templado y luminoso, me recibe y me consuela cuando las cosas no van como deberían. Respiro profundamente y cierro los ojos por un instante. Me estiro en la cama y me quedo muy callada, mientras el aire entra y sale a un ritmo lento, apenas perceptible. De pronto, se remueve y se despierta. Pestañea varias veces y, con los ojos entornados, me mira y me sonríe. Alarga la mano y me acaricia la mejilla.
-Buenos días mi cielo –murmura.

-Buenos días.



Cristina Ruiz Gallardo, 08.11.2016, Barcelona

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